Vacaciones - ¿Quién cuida a mi(s) gato(s)?

gato vacaciones

¿Me lo llevo o no?

 

Como ya comentamos en nuestro post 'Viajando con gatos', la decisión de llevar a nuestro(s) gato(s) con nosotros cuando vayamos de vacaciones depende de varios factores:

 

Si lo hemos acostumbrado desde pequeño a acompañarnos, p.ej. a una segunda residencia o viajando en auto-caravana y se trata de un gato con un carácter confiado y curioso ante las novedades, seguramente no le importará y disfrutará pasando las vacaciones junto a nosotros.

 

Si por el contrario tenemos un gato no habituado a los viajes y/o con un carácter más bien tímido al que le asustan los cambios, será mejor no estresarlo innecesariamente y plantarnos otras alternativas.

 

 

Escapadas cortas

 

Si sólo vamos estar fuera un fin de semana podemos dejarlo solo en casa, provisto de suficiente agua (repartido en varios cuencos por la casa) y comida (preferentemente en dispensadores automáticos -hay una gran variedad de modelos en el mercado-) y varios areneros limpios.

 

 

Cat sitter - ¿en tu casa o la mía?

 

Si vamos estar ausentes más de 4 días, lo ideal sería que una persona de confianza, conocida por el gato lo podrá atender en nuestra misma casa. Quizás un familiar o amigo puede irse a vivir allí durante nuestras vacaciones o llegarse todos los días para ponerle agua fresca y comida, limpiar la bandeja higiénica, jugar con él y darle un rato de compañía.

 

Algunas asociaciones protectoras también ofrecen este servicio 'canguru'.

 

También existe la posibilidad que otra persona cuide a nuestro gato en su propia casa. En este caso, nuestro minino necesitaría más tiempo de adaptación (aproximadamente 1 semana) hasta encontrarse cómodo.

 

Seguramente habréis observado que vuestro gato frota su cabecita contra los muebles… dejando marcas de olor (feromonas faciales), que le dan seguridad. Se puede ayudar a crear un entorno menos estresante para el gato 'exiliado' empleando feromonas artificiales (Feliway) que le proporcionen bienestar.

 

Tener en cuenta la posible presencia de perros u otros gatos y comprobar que el hogar temporal está seguro bajo el punto de vista gatuno.

 

Si podemos dejar a nuestro gato previamente un(os) día(s) para probar, mejor que mejor.

 

 

Preparativos para vacaciones sin gato

Además - independientemente de quién vaya a cuidar a nuestro minino - habrá que realizar unos cuantos preparativos y verificaciones para irnos más tranquilos:

 

Llevar al gato al veterinario para una revisión rutinaria, ponerle las vacunas necesarias con bastante tiempo antes de las vacaciones y darle un tratamiento (preventivo) contra parásitos.

 

'Puesta a punto general' en casa (limpieza de orejas, cuidado del pelo y cortado de uñas).

 

Informar a la persona que se vaya a hacer cargo de nuestro gato acerca de su carácter, sus costumbres y rarezas, p.ej. dónde suele esconderse, advertirle del peligro de puertas y ventanas abiertas, dejarle el teléfono de nuestro veterinario y asegurarnos que, en caso de emergencia será capacitada para llevar al gato a la clínica y que cuenta con un suplente en caso de ocurrir un imprevisto y no poder acudir personalmente a cuidar a nuestro felino.

 

Si se trata de una persona desconocida por el gato es recomendable que el catsitter y el gato se conozcan y familiaricen antes, observemos cómo es la química entre ella y nuestro gato y si se muestra interesada haciendo preguntas acerca del comportamiento habitual del gato, de los horarios de comidas, juegos y mimitos, la dirección del veterinario, etc.

 

Comprar suficiente comida y arena para el tiempo que vamos estar fuera.

 

 

Residencias para gatos

 

Otra opción es dejar a nuestro gato en una residencia. Y, aunque no sólo requiere no sólo la adaptación a un nuevo entorno, sino también a nuevas personas y eventualmente otros gatos, puede ser una buena solución para estancias más largas. Quitando la situación ideal que una persona querida por el gato lo atienda en nuestra propia casa, la solución 'canguru' supone que esté mucho tiempo sólo o igualmente en un entorno desconocido, o peor, en el territorio de otro gato. Con gatos amigos puede funcionar, o significar un inmenso stress para ambos gatos (y los humanos).

 

En todo caso debemos visitar la residencia previamente y asegurarnos que nuestro felino estará atendido lo mejor posible, y será aconsejable probar con una estancia corta de prueba antes del viaje.

 

Podemos preguntar a nuestro veterinario si nos puede aconsejar alguna. Las residencias buenas se llenan pronto, así que habrá que realizar la reserva con tiempo e informarse acerca de las condiciones de admisión.

 

No deberíamos tener reparos en pedir que nos enseñen el lugar dónde se alojará a nuestro gato y fijarnos en los otros animales, la limpieza, la disposición de agua, juguetes, los areneros…, solicitar ver la licencia y número de Núcleo Zoológico, así como preguntar si habrá cuidadores y asistencia veterinaria las 24 horas del día durante 7 días la semana.

 

Una buena residencia admite sólo animales vacunados - como mínimo contra herpes- y calcivirus/gripe felina) y panleucopenia (enteritis infecciosa felina) - y desparasitados interna y externamente. Esto protegerá a tu gato de posibles infecciones.

 

Si no admite animales no castrados, es también un punto en su favor: Los gatos enteros pueden causar agitación.

 

Observar si muestran interés por el gato (nombre, edad, sexo, carácter, preferencias, hábitos, alimentación, sociabilidad…, el historial clínico y el nombre y teléfono de nuestro veterinario habitual).

 

Las estancias para los gatos deberían ser seguras, tener una ventilación adecuada, aire acondicionado/calefacción, zonas de descanso, ejercicio y juego, rascadores, juguetes y un lugar (cueva) para retirarse.

 

Para hacer más llevadero el tiempo en la residencia a nuestro gato, no olvidar una manta, su cojín o una prenda nuestra con olor familiar (¡no lavar antes!) que le tranquilizara. También puedes preguntar si puedes traer su alimentación habitual.

 

 

Casos especiales y gatos enfermos

 

En el caso especial de un gato con enfermedad crónica habrá que tener especiales consideraciones tanta al dejarlo al cuidado de un catsitter, como en una residencia.

 

Hay que asegurar que se le administran correctamente sus medicamentos y/o su dieta especial, advertir acerca de los síntomas que pueden alertar sobre un empeoramiento y cómo proceder en este caso e, incluso acordar lo que pasará en caso de defunción. Y aunque siempre dejemos un teléfono de contacto, en esta situación especial, es aconsejable dejar también un segundo, de una persona de confianza que pueda actuar y tomar decisiones en nuestro nombre, si por cualquier razón no estamos localizables.

 

Aunque los gatos son unos seres especialmente sensibles y reacios a los cambios de rutina, también poseen una sorprendente aptitud de adaptación. Por este motivo las ideas expuestas aquí sólo pueden ser orientativas y habrá que considerar en cada caso particular lo que es lo mejor para nuestro compañero gatuno.

 

 

Enlaces útiles 

 

Listado de residencias recomendadas que cumplen con todos los requisitos legales y Cat Sitters a domicilio.

 

Buscador interactivo de residencias caninas y felinas de Fundación Affinity

 

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