Santa Fiesta - ¿una cuestión cultural?

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Un documental de festejos tradicionales terroríficos

 

Ayer por la tarde se proyectó en el Ateneo de Málaga el marco de MaF (Málaga de Festival) la película Santa Fiesta.

 

Un documental, que retrata las 16.000 fiestas populares en honor a Vírgenes y Santos, que implican maltrato animal. Bendecidas por la iglesia y autoridades civiles, participen pueblos enteros, incluido niños, en unos festejos en los que anualmente 60.000 animales entre toros, cerdos, ocas, gansos, ratas, palomas sufren crueldad extrema, tortura y muerte mientras la gente se divierte, celebrando tradiciones salvajes.

 

El largometraje se financió mediante crowdfounding gracias al apoyo de personas de más de 30 países. Estrenado en Documenta Madrid en Mayo 2016 ya se pudo ver Barcelona, Valencia, Toledo, Sitges, Santiago de Compostela, Zaragoza, San Sebastián de Los Reyes y en Colombia y en México. Para este año estará en Sevilla, Aranda del Duero, Castellón, Ciempozuelo, Villena. Más información en su web.

 

 

Coloquio sobre Santa Fiesta y maltrato animal

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A la proyección siguió un interesante coloquio el director Miguel Angel Rolland, Rosario Monter, abogada animalista y presidenta de Federación TIDUS, y Andrés Cardenete, delegado de PACMA en Andalucía.

 

Según Miguel Ángel , la selección de algo más de una docena de fiestas en distintas localizaciones geográficas muestra que en realidad toda España es una única fiesta durante todo el año.

 

La cinta prescinde de efectos dramáticos cinematográficos y hay más minutos de personas y fiestas que de animales, mostrando la realidad sin tomar posición.

 

Sorprende por lo tanto, que se muestra el documental en un Ciclo de Cine Animalista y desestimada su presentación al Festival de Cine de Málaga por propaganda. Sin embargo estuvo presente en el Festival de Sitges, dónde recibió el interés de los desprevenidos espectadores. 

 

Miguel Ángel también contó las dificultades y riesgos de grabar y el ocultismo que rodea los festejos, sobre los que no hay datos públicos y que en muchas ocasiones incumplen la ley.

 

De que querer quitar esas tradiciones no debe implicar una confrontación del mundo rural con el mundo urbano, sino que siempre es mejor convencer. Quizás poco a poco se esté consiguiendo, ya que de las 12 fiestas con toro que aparecen en la cinta, 3  ya no se celebran.

 

 

Cambiar es posible

 

Y así lo atestiguó uno de los asistentes, que contó que de joven de asistía a corridas de toros, hasta darse cuenta que el toro no la bestia que creía que era. Aseguró que la película le había impactado aún más que a su (más sensible) novia.

 

 

Los animales SIEMPRE sufran

  

Un representante de Veterinarios contra la Tauromaquia hizo hincapié que en muchas ocasiones, cuando no haya maltrato obvio físico, la gente no es consciente del sufrimiento del animal; pero el maltrato psicológico de miedo, cansancio y terror puede ser incluso mayor.

 

 

¿Y la ley?

  

Rosario Monter explicó que el reciente reconocimiento de los animales como seres sintientes afecta sobre todo a animales domésticos a efectos de relaciones personales y patrimoniales. P.ej. imposibilitando embargos de animales, que hasta ahora eran considerados como cosas. Recordamos que ya el Art. 13 del Tratado del Funcionamiento de la Unión Europea de 2007 dice que animales son "seres sintientes".

 

En realidad todos los animales están amparado contra el maltrato animal en el Art. 337 del Código Penal - con excepción de si se trata de espectáculos públicos.

 

¿Cómo una misma acción ya no se considera maltrato?  o ¿Qué diferencia hay con las peleas de perros? cuyas responsables sí fueron detenidos recientemente, preguntó Carmen Manzano, presidenta Asociación Protectora de Animales y Plantas de Málaga.

 

 

Un signo de alarma

  

Pero no se habló sólo del maltrato 'oficial'. Rosario Monter se mostró muy preocupada por el maltrato espeluznante que se da casi a diario - y  que deben ser una alarma para los políticos.

 

No es un juego de niño - especialmente cuando son ellos quienes lo perpetúan, sino un indicativo de un ambiente de violencia y maltrato, criminalidad violenta y/o alteraciones relevantes psiquiátricas.  Y cómo tal tomado muy en serio por pedagogos, autoridades, fuerzas de seguridad, fiscales y tribunales de otros países.

 

 

Spain is different

   

Todos coincidimos que desgraciadamente en este país, a los niños (que nacen con empatía hacia los animales) se les "entrena" para perder ese apego, enseñando violencia.

 

La exposición de niños a la tauromaquia (y otras fiestas que conlleven maltrato animal) vulnera la Convención sobre los Derechos el Niño de la ONU de 1989. Significa enseñarles patrones anormales y patológicos de interacción, que se pueden mostrar con violencia y comportamiento antisocial de adultos, viendo la agresión como un comportamiento aceptable. El mecanismo de protección ante el dolor emocional que le causa presenciar el maltrato animal resulta en una desensibilización, que les hace menos empáticos y más impulsivos. Los convierte en adultos incapaces de reconocer el sufrimiento de un animal, pero en el proceso también perdieron la capacidad de empatizar con otras personas.

 

 

El precio de la violencia

 

Según el neurofisiólogo  Rodolfo Llinás, tener empatía es la base de la política, de la economía, de la estructura social y la sociedad y la cultura humana no habría sido posibles sin ella.

 

Proteger a los animales - proteger a la infancia, es proteger la sociedad entera.

 

La OMS (Organisación Mundial de la Salud) considera en su resolución WHA49.25 de 1996 la prevención de la violencia una prioridad de salud pública. Y el FBI registra desde el año pasado el maltrato animal cómo delito contra la sociedad.

 

El abuso de animales proviene de los mismos caminos etiológicos que el abuso infantil, la violencia doméstica y el abuso de los ancianos, y es muy probable que coexistan (makingthelinkstudy.org).

 

 

Todos deberíamos cuestionarnos las implicaciones para una sociedad que oculta, normaliza y fomenta el maltrato animal. No sólo hacen falta leyes más duras contra el maltrato animal (y que se cumplan!) sino un cambio de mentalidad en gobernantes y gran parte de la población. En palabras de Rosario Monter es necesaria una revolución en todos los aspectos.

 

Creemos que no es cuestión de unos pocos o muchos animalistas, es una cuestión cultural y ética de respeto por la vida…

y padres, educadores y legisladores deben dar ejemplo si queremos que algo cambie de verdad...