El duelo por un compañero animal (2)

el duelo por un compañero animal, urna personalizada

 

Como ya comentábamos en nuestro post anterior……., nuestra sociedad evita lo relacionado con el dolor y la pérdida. Más aún en el caso de la muerte de un ser querido de otra especie.

Por ello vemos muy importante y nos alegra que un prestigioso magazín, cómo es Psychology Today, albergue un blog dedicado exclusivamente a éste tema. Adam Clark, el autor, consejero en caso de pérdidas de mascotas y duelo ayuda con ello reducir el estigma cultural, apoyando a propietarios y educando a profesionales veterinarios.

 

 

Aquí hemos condensado para ti  lo más relevante, porque sabiendo lo que nos pasa ayuda afrontarlo correctamente.

 

El trabajo personal de duelo por la muerte de una mascota es un proceso duro, agotador y doloroso, que se dificulta con falsos mitos, que, en cierto modo desautorizan a la persona a sentir lo que siente.

 

  • No es sólo un animal, es parte de tu familia, y tienes el derecho de vivir tu duelo, aunque muchos no lo entiendan.
  • Reprimir la reacción normal e involuntaria del cuerpo, especialmente en las primeras fases del duelo no es sano.
  • Si el tu compañero animal llegó a un estado, en el que una vida con cierta calidad ya no es posible, es la eutanasia un último acto de amor hacia él.
  • Es normal sentir rabia, a veces hacia el veterinario e incluso el animal.
  • El dolor por la pérdida de un querido compañero animal es inmenso, pero no razón para privarnos a volver a compartir nuestra vida y momentos felices con un nuevo amigo, una vez concluido el duelo.
  • Cuando el dolor resulte demasiado, a veces es mejor coger unos días libres y/o pedir a apoyo en la vida diaria.
  • Cada duelo tiene su propio ritmo. No hay un tiempo establecido.
  • Aunque tu entorno inmediato no te entienda, no estás sol@. Hay muchas personas pasando por la misma situación. Contacta con ellas en foros, grupos etc.
  • Los animales son hábiles para esconder dolencias, hasta a veces sea demasiado tarde. No te culpes no haberlo notado antes.

reprimir nuestro dolor puede afectar negativamente nuestro salud física y psicológica

 

 

Justo después de la muerte de nuestro compañero animal, hay un torbellino de emociones incontrolables, incredulidad, llanto compulsivo, rabia… 

 

No te estás volviendo loc@, estas en estado de shock, y debes permitir la expresión de lo que sientes. 

 

Es normal que te sientes desconectad@ y sol@. Cada duelo es un proceso individual. Ayuda la presencia silenciosa de alguna persona cercana, que te permita callar o hablar sin juzgar.

 

 

Estar de luto es inmensamente agotador para el cuerpo e implica mucho trabajo y energía. Afecta todas las áreas de la vida: física, mental, emocional y espiritual.

Nuestro cuerpo tienda a la autorregulación o homeostasis y llorar le permite soltar energía contenida. Cuando liberamos nuestras emociones, nuestro cuerpo está trabajando para sanar, a través del sistema endocrino (llorar reduce el dolor) y hormonal (liberación de compuestos que eliminan toxinas y reducen el estés).

 

La pérdida de un ser querido nos hace sentir rotos. 

Y parte del proceso de duelo es recomponer nuestro corazón y vida, aunque las piezas del puzzle ya no encajan cómo antes. Lo que más cuesta y afecta es la ausencia física. Toda nuestra rutina, que incluía a ellos, cambia de pronto.

 

El proceso de sanación pasa necesariamente por encontrarnos con nuestras emociones. Esto puede ser increíblemente duro. El dolor es proporcional al vínculo que compartimos -  la parte positiva es que esa conexión y los recuerdos siempre quedarán con nosotros.

 

Enfrentarse con el dolor es una experiencia inmensamente incómoda para mucha gente. 

Nos recuerda nuestra propia mortalidad y preferimos ignorar el concepto de muerte.

Por ello, hasta el amigo más bien intencionado muchas veces no sabe cómo reaccionar o que decir y nos pueden herir en vez de ayudar.

 

Un duelo es un proceso complejo y a veces bastante caótico.

No es, cómo muchos creen erróneamente, algo linear o cronológico, ni suave y rápido o fácil de pasar. En realidad es muy desordenado. Puede haber dolor anticipado en caso de animales muy ancianos o enfermos terminales, depresión, ansiedad, dolor, pánico, vergüenza, culpa, rabia, remordimiento y muchas emociones más…

 

 

¿cuando dura un duelo?

 

Algunos vuelven a la "normalidad" después de 4 meses, considerando adoptar un nuevo animal. Otros necesitan meses más o un año. 

 

Para personas generalmente positivas será algo más fácil, mientras que los negativos pueden tener pensamientos cada vez más oscuros, incluso inconscientemente. En éste caso ayuda profesional puede ser muy útil.

 

En el blog hablan también de casos de personas tan afectadas que queden durante meses paralizadas, postradas en la cama, no comiendo bien, aislándose, bebiendo en exceso, tomando drogas o pensando en suicidarse. Y no parece ser tan raro cómo se piensa. Hay muchas personas para las que su compañero animal y tener que cuidar de él, era su (única) razón de vivir.  

 

 

PÉRDIDAS TRAUMÁTICAS

 

Esperamos que nuestro compañero animal tenga una vida larga y feliz. Pero no siempre es así.

Una muerte súbita e inesperada puede producir un profundo impacto. 

 

Pensamos que el dolor está asociado a la muerte física o un final concreto.

Cuando un animal se escapa o desaparece y no sabemos dónde está es un desafío único. Lo más duro es "no saber". Y hay preocupación, culpa y dolor. Es importante y sanador hacer también en éstos casos un duelo para "cerrar el círculo". Lo cual no significa omitir acciones de búsqueda y cualquier esperanza. Podemos empezar el proceso diciendo "hasta luego" a nuestro animal, darle las gracias y llorar su pérdida. 

 

Cuando tenemos que decidir la eutanasia, se intensifica la fase de culpa y los escenarios "y si"… produciendo niveles de ansiedad elevado y pánico y negándose experiencias positivas, felicidad, alegría y bienestar, pensando no merecerlos. En estos casos ayuda pensar "¿Cómo le gustaría verme mi mascota? Seguro que feliz." para salir del círculo negativo.

 

Distracciones positivas

En los primeros estadios del duelo, nuestra vida diaria se ve severamente afectada, es difícil concentrarnos en nuestras tareas, satisfacer necesidades básicas, cómo comer y dormir, o relacionarse. Es completamente normal. Pero, podemos tomarnos pequeñas "pausas", que nos permiten un momento de respiro del dolor. Cómo puede ser un paseo consciente por un parque, un café con un amigo comprensivo…

 

 

EL ESTÍGMA CULTURAL

 

En una cultura que evita todo lo relacionado con la muerte, experimentar el dolor de otra persona por la pérdida de un compañero animal, puede ser muy incómodo. El miedo a la muerte hace que la gente no sabe que decir frente a la expresión emocional o el dolor de otro, o ser empático. Existe la falsa pretensión de "compónte" y "súperalo". 

Por ello, muchos se sienten culpables por su dolor y/o se obligan pasar por la experiencia de puntillas lo más rápido posible. O se cuestionan la intensidad de su dolor, preguntándose se eso es normal. 

 

En realidad, mucha gente vive la muerte de su compañero animal cómo más dolorosa a nivel de intensidad y duración, que la de un familiar inmediato - y no hacer o acelerar el duelo sólo lleva a una cronificación del dolor.

 

 

 

IMPORTANTE

 

Tómate tiempo para tu duelo y soltar tus emociones. 

Siente, experiencia y suelta las emociones que sientes diariamente al principio y a intervalos regulares durante todo el duelo.

 

Conmemora la vida compartida con tu compañero animal.

Escribe, cuenta o usa la forma de expresión más reconfortante para ti. Centrarse en recuerdos positivos ayuda pasar del dolor a la gratitud por el tiempo compartido.

 

Asegúrate de cubrir tus necesidades básicas

Un duelo es trabajo duro para el organismo. Pérdida de apetito e insomnio son frecuentes. Cuídate.

 

Elige una práctica relajante y úsala frecuentemente

Puede ser increíblemente frustrante y doloroso que "el mundo exterior" no para. Centrarte en tu respiración y tu cuerpo ayuda liberar tensiones y ansiedad.

 

Mantén la rutina [con tus otros animales] lo mejor que puedas

A ellos también les afecta la pérdida de su compañero. Más en "Atención a los compañeros a animales" en "Cuando un amigo (animal) se va… Las rutinas procuran un sentido de estructura y familiaridad, aunque las primeras veces pueden ser dolorosas.

 

Despídete y recuerda a tu compañero animal con amor

Decirle "nos vemos más adelante" puede ser un paso crucial en el proceso de mover por el dolor y cerrar el círculo. Especialmente en pérdidas inesperadas. Escribir una carta, sus memorias, hace un ritual de despedida, crear un recuerdo, elegir un sitio especial compartido durante su vida para pasar un tiempo allí…

 

No dudes a buscar ayuda de amigos o familiares comprensivos

Un duelo es una experiencia tremendamente personal e individual, pero necesita la validación por otros.

 

 

VERGÜENZA & CULPA

 

Tomar una decisión por nuestro compañero animal es espinoso. Nos juzgamos por decidir una eutanasia o un tratamiento, nos culpamos si no detectamos una enfermedad, si el animal se escapó o prolongamos su sufrimiento por no poder "dejarlo ir".

 

Si no podemos "soltar" a nuestro compañero, en muchas ocasiones no "se deja morir" hasta que nosotros "le demos permiso". Por difícil que sea, la decisión siempre debe basarse en lo que es mejor para él, no para nosotros. No es el tiempo compartido en días, meses o años, sino su calidad.

Durante las fases de culpa y rabia del duelo, podemos proyectar nuestra rabia o culpa hacia otros o nosotros mismos, incluso reconociendo por lógica que nuestra elección fue la mejor opción. Es importante darnos cuenta si nos boicoteamos inconscientemente con pensamientos como "no merezco ser feliz" o "cómo podría yo pensar eso ahora mismo" (ver Pérdidas traumáticas), cargándonos con excesivo estés o dolor, haciendo el duelo mucho más difícil y pedir eventualmente ayuda para salir del círculo vicioso.

 

 

¿QUE HACER CON LAS COSAS DEL ANIMAL FALLECIDO?

 

El duelo por un compañero animal es una experiencia dolorosa y hay desencadenantes constantes: sonidos, una visión, un sabor. El ajuar del animal en casa. 

 

Para algunos pasar por la cama vacía del gato o perro es demasiado doloroso, desencadenando emociones que les sobrepasan y un recordatorio permanente de su ausencia. Guardar las cosas fuera del alcance de la vista, hasta decidir qué hacer con ellas se ofrece cómo mejor opción. No actúes por impulso, tirando todo, para no arrepentirte después.

 

Parece un recuerdo constante que ya no está. Así o guarda todas las cosas del animal fuera de la vista o se deshacen de ellas directamente. Propietarios de esa categoría comúnmente se enfrentan a emociones abrumadoras e intentan por todos los medios de reducir los desencadenantes.

 

Para otros quitar las cosas del animal fallecido les produce ansiedad y las necesitan cómo recuerdo de él y su paso por el hogar, desencadenando más bien recuerdos reconfortantes. 

Si la situación se prolonga durante años, estamos ante un proceso (patológico) de negación de la muerte del animal.

 

No hay una forma "correcta" de proceder. Quizás, pasado un tiempo, lo mejor sea el camino medio: Guardar algún objeto cómo recuerdo y donar el resto a una protectora.

 

 

La muerte de un ser querido (sea de la especie que sea) puede ser devastador y rompernos todos los esquemas.

Pero el duelo también encierra un crecimiento personal interior y la semilla de fecundidad. 

 

Así, que al final de éste post, fruto de un proceso de necesidad vital para mi a raíz de la pérdida de Lorenza, Miga e India en 2016, quiero rendirle homenaje a ellas por ese regalo postumo.

 

GRACIAS LORENCITA, MIGA & INDI.  Por siempre, porque el amor nunca muere.

 

lorenza-de-mi-miga
miga-de-mi-miga
india-de-mi-miga

 

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