Sanidad publica gratis para los animales de la calle

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Centros de salud & clínica móvil "vetbus" para animales callejeros

Y no, no estamos hablando de uno de los países más avanzado de Norte-Europa, sino de Turquía...

 

 

Cómo ya comentado en anteriores posts, en Estambul los gatos callejeros forman parte del paisaje urbano, de monumentos centenarios, terrazas de cafés y restaurantes, mezclándose sin preocupación con turistas y habitantes.

 

Y no sólo éstos últimos cuidan de ellos, proporcionándoles alimento y refugio - cómo se puede ver en la bellísima película KEDi (si no la has visto aún, en su web www.kedifilm.com/ tienes las distintas formas de acceder a ella) – también las autoridades.

 

Para ello el Ayuntamiento de Estambul cuenta actualmente con 6 centros de salud para animales callejeros y un VETBUS ó clínica móvil, que se estaciona por días en diferente barriadas y dónde los ciudadanos pueden llevar a los animales callejeros que cuidan para su atención y tratamiento gratuito. También se está implementando el #CER, con objetivo de vacunar, esterilizar y cuidar a unos 130.000 perros y 165.000 gatos, según fuentes municipales.

 

La convivencia entre residentes y vecinos peludos tiene sus bases en la tradición islámica y la estructura del espacio público en la época otomana (1299-1923). Y aunque en el siglo XX se emplearan brevemente políticas de exterminio occidentales, con la ley de protección animal 2004 los municipios están obligados a cuidar de los animales de la calle.

 

Y no cabe duda de que son queridos, cuidados y constituyen uno de los atractivos turísticos de la metrópolis. 

 

 

Los gatos en las calles de todas las ciudades del mundo no son un fenómeno nuevo

No son (sólo) consecuencia del abandono (aunque éste obviamente empeora la situación para todos - colonias, cuidadores y abandonados). 

 

Son los mismos felinos ferales que ya an Egipto y el Imperio Romano protegían las reservas de grano y eran venerado y valorado por ello y que la Roma actual ha declarado patrimonio bio-cultural.

 

Los mismos gatos que en una cultura se estiman y en otra se demonizan.

Los mismos gatos que siempre estuvieron, están y estarán. 

Depende de nosotros de (volver a) aprender a convivir con ellos, en beneficio mutuo.