No soy como un juguete

un-animal-no-es-una-play-station-yorkie-karim

 

Ver todos los días en las RR.SS. animales desechados nos pone muchas veces al límite, pero presenciar la prepotencia y ignorancia (voluntaria) en vivo hierve la sangre. Ocurrió la semana pasada, en una tienda, que por su nombre a algunos sugiere erróneamente que vende animales, mientras miraba latitas para nuestro nuevo integrante de la familia.

 

Una familia con hijo adolescente entró preguntando si tenían Yorkshires (con la actitud del que pregunta por el último modelo de videoconsola o teléfono). A lo que la dependienta amablemente contestó que la política de su tienda está en contra de la venta, igual que cada día más establecimientos.

 

Cuando le contesté a "¿por qué?" apuntando la situación de abandonos y de protectoras sobre-saturadas  y sugerí la opción de adoptar recibí un lacónico "Pero ahí, NO TIENEN LO QUE QUIERO" de respuesta.

 

Posiblemente no, y aunque más que probablemente compre a ese Yorkie en una tienda, que con su política aumenta la miseria en nuestro país, me alegro que ningún perro de protectora tuviera pasar por otra mala experiencia.

 

Cuando el hijo se canse de su nuevo juguete y éste se convierta en una carga, terminará igualmente desechado, en el mejor de los casos en una protectora, colapsada por más cómo él - y dónde los próximos desgraciados tampoco lo adoptarán porque quieren uno de estreno.

 

No me dio tiempo (ni posiblemente hubiera valido el esfuerzo) de explicarles que los perritos de los escaparates vienen en su mayoría de importaciones (ilegales) del este y puppy-farms, están mal socializados y enfermos - y si estaba encaprichado con un Yorkie, que se fuera a visitar a un buen criador. Seguramente ni le hubiera interesado (hay mucha gente, que tirando a lo barato también compran los gadgets en los chinos) - o a lo mejor sí, por el riesgo de comprar algo "defectuoso".

 

A todos cómo ellos, que se planteen comprar a un ser vivo, que debería ser parte de su familia, cómo el último capricho de moda: Comprénse un peluche. Los hay muy monos. Incluso animados, que parecen casi de verdad. Tienen la ventaja de que no ensucian nada y no ocasionan gastos de mantenimiento (comida, accesorios, vacunas, veterinario - que en caso de enfermedad o accidente pueden ser considerables). Y cuando ya no molan, quitándoles las pilas ya está.

 

Ah, y no vale lo mismo en un ser vivo. Aunque en este país de incongruencias el maltrato y abandono están legalmente penalizados, pero el maltrato y abandono de entregar a un perro en la perrera (el equivalente animal a un corredor de la muerte), no. Ni dormirlo. Esperemos que, donde falla la ley, actúe (por lo menos en algunos casos) la consciencia. Para los menos ilustrados en el tema, aquí 2 vídeos, sobre cachorros de cristalera y lo que es una perrera.

 


Si te ha picado la curiosidad (y ojalá también la indignación), más en Los animales no son un regalo, con enlaces a los estupendos escritos Morir en una perrera de Rafael Narbona y El impacto del abandono en los gatos de Educador de Gats, que deberían ser de lectura obligatoria antes de poder adoptar o comprar un animal.

 

A veces, aunque para l@s que nos movemos en el ámbito de protección animal, parece increíble, se compra por no conocer la realidad. Pero es otro tipo de gente. Que hubieran seguido preguntando y quizás reconsiderado la compra en favor de mirar por lo menos en algunas protectoras. Incluso, con suerte (y conozco casos así), colaborando más adelante activamente con alguna.

 

Por último, no hay nada malo en adquirir informadamente un animal de un criador responsable, si alguien se ha enamorado de cierta raza y está dispuesto a cuidarlo y darle el sitio en su familia que se merece. 

 

No en plan capricho.  

SOY UN SER VIVO, MIEMBRO DE TU FAMILIA

NO UNA PLAY-STATION.

 

 

Nota

El Yorkie que ilustra a nuestro post es Karim, pleno y muy querido miembro de una estupenda familia. Fallecido trágicamente hace unas semanas, asesinado por otro perro. Desde MiMiga nos solidarizamos para pedir #justiciaparakarim.