Acariciar a tu gato puede estresarle

gato-mordiendo-mordisquitos-de-amor

 

El estudio de un equipo internacional de especialistas en comportamiento animal de La Universidad de Lincoln (Reino Unido), Universidad de Sao Paulo (Brasil) y la Universidad Veterinaria de Viena (Austria), patrocinado por CEVA Animal Health, publicado en el Journal Physiology and Behavior y presentado en Septiembre 2013 en Portugal a una audiencia internacional, ha causado revuelo.

 

Como siempre sucede con estas cosas se han sacado algunas conclusiones de context y aparecieron titulares como "Acariciar daña la salud de tu gato", "Estresado por ser acariciado" en la prensa alemana y "Amantes de los gatos exhortados a no acariciar a sus gatos porque les puede causar estrés" y "Gatos odian ser acariciados" en la británica. En España, como siempre, no hay noticias (áun).

 

 

¿Convivir supone estrés?

 

El motivo inicial del estudio realizado era detectar el  nivel de estrés en la convivencia: gatos únicos (23) vs. gatos con un compañero felino (20) o viviendo en grupos (17), por lo que se pidió a los propietarios catalogar a sus gatos, según su carácter,  entre "mandón", "tímido" y "tranquilo" y analizaron reiteradamente los niveles de cortisol en las heces.

 

 

Desmintiendo el mito del gato solitario

  

El resultado desmiente el mito del gato solitario, demostrando que los gatos jóvenes de menos de 2 años incluso padecen más estrés viviendo solos y que en general ese no depende del carácter ode vivir en grupo o no, sino de la relación con su(s) humano(s) y la disponibilidad de recursos (comida, espacio...).

 

Parece incluso aunque algunos de ellos no sean precisamente amigos son capaces de organizarse para evitarse mutuamente sin estresarse.

 

El mismo fenómeno se puede observar en gatos asilvestrados que forman grupos, siempre y cuando haya suficiente comida, compartiendo en algunas ocasiones las hembras incluso la crianza de sus cachorros.

 

 

Mimosón o "no me toques, me estresas"

  

Pero volviendo a nuestro estudio que – como resultado segundario – arrojó que la tolerancia hacia las caricias puede variar de gato en gato y que, efectivamente a algunos individuos les producen estrés.

 

De los 120 gatos observados, 4 mostraros abiertamente su aversión a ser tocados, 13 toleraron los mimos de sus propietarios y 85 realmente disfrutaron las atenciones humanas.

 

Lo sorprendente es que fueron los gatos que aparentemente toleraron ser acariciados, los que presentaban niveles de estrés elevados.

 

 

¿Qué podemos deducir de todo esto?

 

Que el gato moderno no sólo se ha adaptado a vivir en un entorno urbano y nuevo para él (viviendas), sino que no es ya tan solitario como se cree generalmente.  Muchos incluso necesitan la compañía de otro felino y para nosotr@s ciertamente también presenta ventajas de vivir con 2 gatos.

 

Si realmente queremos a nuestros(s) gato(s) deberíamos observarlo(s) atentamente para no exponerle(s) a una situación que no le(s) agrade o le(s) cause estrés innecesario, bajando sus defensas y exponiéndole(s) a enfermar.

 

Muchas veces no conocemos la historia previa de nuestro gato y el hecho de soportar a nuestros ataques de mimos en contra de su voluntad puede ser fruto de traumas anteriores que se pueden resolver mediante un tratamiento con medicina natural.

 

En todo caso siempre es mejor, que el acercamiento se produce por parte del gato y no lo manoseemos cuando se nos antoje a nosotr@s.
 

Esperemos que hayas disfrutado de la lectura y te haya ayudado e conocer algo más acerca de este maravilloso y aún desconocido ser que es el gato.